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Internet a la cubana

Por Cubanet

SANTA CLARA, febrero (www.cubanet.org) - Una de las palabras más usadas actualmente alrededor del mundo es la palabra Internet. Para nosotros, además de novedoso, resulta algo abstracto porque aunque es muy usado en otras partes del planeta, sólo un por ciento mínimo de cubanos tienen acceso a esa autopista de la información. A los alumnos de los diferentes niveles de enseñanza se les enseña el ABC de la computación, pero de ahí a hacer uso de la Internet va un gran trecho, mayor que la distancia que existe de la tierra al satélite Amazon, el que permite a los internautas de América Latina la interconexión inmediata con personas de otras geografías.

El uso limitado de la Internet en empresas favorecidas con personal además de calificado altamente confiable -profesores de universidades, algunos periodistas e investigadores, extranjeros radicados en el territorio nacional- constituye un privilegio, a pesar de que las páginas electrónicas son sometidas a un riguroso examen antes de hacerlas accesibles. Otro por ciento de alumnos y nacionales tienen de una u otra manera acceso al uso de los correos electrónicos, siempre a través del proveedor estatal, para tener un control más riguroso de los mensajes recibidos y enviados.

Los ciudadanos comunes no tienen acceso a la Internet en sus casas ni en las bibliotecas públicas. Los centros de trabajo "autorizados", están limitados a la comunicación nacional, mientras que los grandes favorecidos son las corporaciones estatales, inversionistas extranjeros como los del turismo y le élite gobernante. Cuba posee varios sitios Web para la compra online de diversos artículos, que incluye la entrega a domicilio dentro de la isla, pero a este tipo de "comercio virtual" no tiene acceso el nacional radicado aquí porque no tiene Internet a su alcance, ni tarjeta de crédito u otro medio de pago. Este mercado virtual está diseñado para los exiliados, quienes en su afán de ayudar a sus familiares se ven obligados a pagar precios abusivos por el servicio.

Aunque los módem de hoy en día pueden enviar cerca de 500 páginas por minuto, en Cuba se hace lenta y caprichosa la entrada a una cuenta de correo o cualquier web site, debido a las restricciones de los Nodos de Internet, acondicionados para velar por la entrada y salida de las informaciones, lo que encarece estratosféricamente el uso de la información virtual. Muchos extranjeros que visitan los Cibercafé o los centros de Infointernet, manifiestan abiertamente su desacuerdo con los métodos empleados, y afirman que la cubana es la Internet más cara del mundo.

El ex vicepresidente de Estados Unidos Albert Gore, al referirse a la Internet como una vía de comunicación virtual, por medio de la cual se disemina la información rápidamente, la llamó "la autopista de la información", porque es ella la fuente de información y de intercambio de ideas más importante creada por la humanidad. Su sola existencia es un problema para la nomenclatura gobernante en la isla caribeña, a diferencia de nuestros vecinos latinoamericanos, quienes han firmado acuerdos entre distintas organizaciones gubernamentales con el fin de que los sectores más marginados de la sociedad tengan acceso a la Internet.

Pero el periodista José Steinsleger en su artículo aparecido en el diario La Jornada de México, con el título "Internet en Cuba", razona acerca de silogismos hipotéticos y disyuntivos, para defender a capa y espada al gobierno cubano, y atribuye los problemas de la informática en Cuba al embargo norteamericano.

El lenguaje empleado por el señor Steinsleger me resulta conocido, porque es el mismo que utilizan los "tanques pensantes" de las Mesas Redondas cubanas y otros repetidores que persiguen el mismo fin.

Quizás en su periplo nacional el señor Steinsleger fue invitado a algún evento importante o realizó visitas dirigidas a lujosos hoteles y las playas más codiciadas del país en confortables ómnibus de VeraCuba, tornando la cara a otra realidad: la Cuba profunda y amordazada, la de los cubanos extranjeros en su propio país, quienes se ven obligados a practicar la cultura de la subsistencia diariamente para alimentar a su familia.

Pero si para esa gran mayoría de cubanos está proscrita la Internet o ni siquiera conocen que existe la Autopista de la Información, ¿para qué hace falta un cable coaxial entre Cuba y Estados Unidos? O dicho de una forma más directa, colega: ¿A quién beneficiaría esa inversión? Sinceramente no albergo dudas de que el periodista fue engañado y manipulado. cnet/46



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