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Venezuela en Washington

Por Sonia Schott

Las repercusiones internacionales de la represión a la manifestación del 27 de febrero en Caracas. Los derechos humanos en Venezuela, y una entrevista a Freddy Gutiérrez, miembro de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Y nuevamente el rol de la Comunidad Internacional en las crisis políticas internas a propósito del curso que ha tomado la situación haitiana, es lo más relevante de Venezuela en Washington en la semana del 22 al 28 de febrero del 2.004.

1.- La foto de una mujer, que con solo una bandera de Venezuela en las manos, es avasallada por un miembro de la Guardia Nacional en imponente apareo de guerra, mientras, más atrás otro militar aprueba la humillación sonriendo, es la triste metáfora de la realidad venezolana, que ahora, gráficamente, recorre el mundo. Para completar la información, todos reseñaron que horas más tarde el Ministro de la Defensa venezolano con su alto mando militar apareció en todas las televisoras para felicitar a las fuerzas nacionales por la “heroica” misión cumplida ese día.

Ante semejante evidencia, cualquier comentario sobra, quizás por ello esa impresión gráfica apareció en primera página de diarios como el Miami Herald o el portal de BBC mundo. El Washington Post, New York Times, los Angeles Times y las cadenas de televisión entre otros, también informaron sobre la brutalidad de la represión y de manera accesoria sobre la reunión del G-15 que pasó totalmente desapercibida.

En términos generales, la opinión pública norteamericana es extraordinariamente sensible a este tipo de testimonio gráfico, de hecho, son precisamente estas escenas desagradables las que dan a conocer al gran público, crisis terminales, hasta ese momento desconocidas, como sucedió con Haití, o con Bolivia, cuando el Alto se había tomado ya La Paz, o recurrentemente con Colombia para que la generosidad de los parlamentarios washingtonianos no decaiga.

Pero también no es menos cierto que a nivel de los altos desisores políticos estadounidenses, se le asigna una enorme importancia a la ponderación de los factores de oposición: “para evitar situaciones irreversiblemente violentas o provocaciones que busquen encender la mecha que pudiera disparar el espiral del conflicto armado. Ya se conocen las características del régimen actual (en Venezuela), pero si los opositores recurren a esas mismas armas, se descalifican y dejan de ser una alternativa para nosotros y se convierten en lo mismo, con diferente cara. Es precisamente en estos álgidos momentos cuando se crece el estadista que no cae en la tentación de responder al conflicto con más conflicto, porque está conciente que la situación se le puede ir de las manos, en contraposición de aquellos, que ven en la sangre ajena una oportunidad de cumplir su sueño de llegar al poder y si la situación se les va de las manos, pues tanto mejor porque creen que llamándonos a nosotros arreglan todo” nos aseguró un alto oficial norteamericano que le consultamos.

Richard Boucher, portavoz del Departamento de Estado, en la rueda de prensa del 27 de febrero, justo a la misma hora en que se desarrollaba la protesta en Venezuela fijó posición diciendo: “ No tengo una versión actualizada de lo que está pasando en Venezuela. Pienso, sin embargo, que los Estados Unidos han sido muy consistentes, muy claros en nuestra opinión de que los derechos de la gente de Venezuela necesitan ser respetados. Sus derechos de solicitar un revocatorio dentro de la Constitución, sus derechos de expresarse libremente sobre política y otros asuntos necesitan ser respetados por el gobierno (…) El gobierno de Venezuela ocasionalmente ha estado de acuerdo con esos derechos, pero hemos visto frecuentes actos que pensamos no cumplen con eso. Hemos sido muy cuidadosos al señalarlo públicamente”concluyó.

A propósito del proceso refrendario presidencial, “coincidencialmente” una delegación de parlamentarios oficialistas estuvo aquí justamente cuando el Consejo Nacional Electoral, en Caracas, decidió pasar a observación un número importante de planillas. La delegación trajo como objetivo presentar pruebas concluyentes recogidas por ellos “el Comando Ayacucho” sobre un supuesto Megafraude de los opositores.

Sobre las reuniones realizadas fue muy poco lo que pudimos conocer porque: las ONG con las que conversaron son difíciles de ubicar y los funcionarios oficiales no quisieron comentar. En el Capitolio, contactamos al representante Gregory Meeks quien nos aseguró que al igual que Cass Ballenger no pudo recibir a los parlamentarios venezolanos, pero si tuvo tiempo para el Centro Carter En ese sentido reiteró su apoyo tanto al Centro Carter como al CNE:

También conversamos con la Dra Misha Thompson quien se encarga de los temas internacionales del congresista Meeks. Al preguntarle sobre la visita del “Comando Ayacucho” nos aseguró: “no se quien asistió a esa reunión, quizás alguien de aquí. Pero de la reunión con el Centro Carter le puedo decir que coincidimos en que lo importante es que se preserven las formas democráticas, y el Centro Carter nos ha reiterado que no ha puesto en duda al CNE. Creo que lo más importante es evitar la violencia, mírense en el espejo de Haití (…) No compartimos la idea de que el único objetivo sea sacar a Chávez, hay que hacer planes con cuidado y tratar de dar respuestas a los problemas que tiene el país y en base a esto, preguntarse ¿quien puede ser un buen candidato? ¿qué significa ser un buen candidato? Hay que tratar de ser realista y tener opciones, así es como trabaja la democracia.

2.- “Aspiraría a administrar justicia eficaz en materia de maltrato a una mujer indefensa,(…) esas son las inquietudes de Venezuela, son mis propias inquietudes y las inquietudes de mexicanos, brasileños, argentinos, canadienses, eso esta proscrito por el Sistema Interamericano de los Derechos Humanos”. Coincidencia o premonición, esas son las prioridades de Freddy Gutiérrez, el nuevo comisionado venezolano que el pasado lunes 23 de febrero nos hizo esos cometarios, justo cuando se estrenaba en funciones en la inauguración del 119 periodo ordinario de sesiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Viendo la foto de la manifestante, que hoy recorre el mundo, pensamos que quizás esa sea la mejor oportunidad que el maltrato femenino le ofrece al nuevo comisionado, para que sus convicciones no se queden en simples deseos, sobre todo porque nos aseguró que: “en el caso de Venezuela el respeto a los Derechos Humanos debe verse en la constitución actual que tiene 1 capitulo íntegro dedicado a ese tema, es una de las pocas constituciones que establece que los tratados internacionales en materia de Derechos Humanos son de aplicación directa e inmediata”. Pensamos que no hace falta un capitulo en la Constitución, sino un mínimo de sensibilidad humana para sancionar no solamente lo que hicieron directamente los guardias nacionales, sino lo más grave y fundamental: la actitud de un Ministro de la Defensa, que no solo aprueba la agresión cometida por sus subalternos, sino que la elogia. Si esto no es una conducta del Estado contra los Derechos Humanos, entonces ¿Cuándo lo es?

Con respecto a las medidas cautelares, Gutiérrez nos aseguró que considera que: “uno de los puntos que vamos a tratar de resolver es que la Comisión sea un cuerpo colegiado y que las medidas se adopten como tal, con el apoyo técnico de la Secretaría y las ilustraciones que nos pueda hacer el Presidente de la Comisión (….) El propio reglamento le da una potestad al Presidente que yo pienso que es un atributo propio de la Comisión como cuerpo colegiado” aclaró.

3.- El caso de Haití nuevamente ha puesto en el tapete el rol de la Comunidad Internacional en la solución de las crisis políticas internas, sobre todo en el ojo del huracán está la Organización de los Estados Americanos, que como en el caso de Sánchez de Losada, unas horas antes de su partida, emitió una declaración del Consejo Permanente en la que le daba todo su apoyo pero que en la práctica fue la sentencia de muerte a esa gestión.

Ahora, cuando todo se ha complicado en Haití y después que el Sub-secretario General de la OEA Luigi Enaudi le dedicara buena parte de estos dos últimos años y que sus observadores participaran en el proceso electoral del 2.000, el caso fue pasado a la Organización de Naciones Unidas. Nuevamente el organismo regional quedó mal con la historia, lo preocupante es que esto se está convirtiendo en un hábito.

Observando estas realidades, es conveniente recordar que la Comunidad Internacional no tiene vocación de mártir y porque tiene un solo norte: siempre apuesta a vencedor, por lo que sus preferencias pueden cambiar tan rápido como cambian los acontecimientos.



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